lunes, 31 de enero de 2011

EL ATALAYA YA ES REALIDAD


Un sueno, una visión, una propuesta, una deuda, lo que faltaba para que la cancha sea una cancha, para que nuestro estadio se vea lookeado como tal. Todavía no puedo creer lo que he visto durante meses, aunque desde pibe lo tenía como una foto en mi imaginación. Recuerdo que en el cole, cuando estaba aburrido, tomaba una hoja de papel y dibujaba distintos modelos de estadios para mí querido club. Trazaba tribunas, plateas, iluminación y publico, todas cabecitas redondas que poblaban las amplias instalaciones que adornaban mi Canson N 5. Por eso la platea de Barracas Central yo la vi nacer mucho antes, en mi mente de barraquero enfermo. Hoy todos la hemos visto germinar, ir creciendo poco a poco. Nos quedábamos horas observando su evolución desde cualquier lugar de la cancha; desde sus pilotes, sus maderas, el cementado, la colocación de las butacas, el pintado y la terminación de los palcos, que son un orgullo que nos revienta nuestro pecho. Observamos como se daba forma a un nuevo ambiente, como cuando construimos algo en nuestra casa y nos sentimos plenos y con ganas de compartirlo con los de afuera. El atalaya y el nuevo buffet ya son realidad, podremos recibir a los periodistas y autoridades en un sitio apropiado y aunque uno tiene espíritu tribunero, es probable que la habite algún que otro partido, no como un intruso que la anide con culpa, sino como un morador que se viste de fiesta. Lo mismo sucede con la confitería, un verdadero salón de eventos emplazado en un estadio deportivo con amplias comodidades y funcionalidad.
Pero todo tiene un origen, un padre, un ideólogo, un fogonero, un gestor. Solo un mandato ejemplar puede generar obras que afiancen el cambio, la refundación. Y allí entra a tallar el nombre de Claudio Chiqui Tapia. Ladrillo por ladrillo fue apagando críticas y son las obras las que quedan y sobreviven a los hombres, por eso se acallan las palabras ante tamaña arquitectura. Realmente no se que nombre se le dará al emprendimiento y a sus palcos de periodistas (tal vez 18 de Abril o Edgardo Ciancha); quizás no se este de acuerdo con un detalle en particular de pintura o de terminación, pero el hombre cumplió y seguirá cumpliendo con mas obras que consoliden el crecimiento sostenido de un club chico que cada día va en ascenso.
Como cuando era pibe, allá en el Bernasconi, seguiré construyendo mí sonada cancha en una blanca hoja de papel, pero esta vez hay un sector que ya lo tengo dibujado, me lo dibujo un amigo, un tal Chiqui y ese tramo no se puede borrar jamas.

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