domingo, 3 de octubre de 2010

JUEZ, COBRE UNA PARA NOSOTROS


Por lo visto los barraqueños estamos sufriendo la B metropolitana en lugar de jugarla. Cada partido es un exámen que determinará si estamos en condiciones de quedarnos en esta categoría. Enfrentar a Platense luego de 80 años y en su cancha es una experiencia impactante para quienes estábamos acostumbrados a otros marcos, muchos más humildes y precarios.
Lo cierto es que Barracas pelea y resuelve cada partido como si fuese el último, frente a rivales que parecieran ser muchos más poderosos cuando se enfrentan a nosotros, que cuando los vemos en televisión contra otros conjuntos iguales de mediocres.
Barracas no siempre juega igual, Barracas no siempre juega bien y esto incluye a sus hombres de buen pie. El sábado Platense le regalo 20 minutos de juego, con sus impresiciones, sus errores de pases, sus ventajas en defensa, traducidas en fallos de tiempo y distancia. Y Barracas no lo aprovechó. El chino Avalo tuvo una clara deperdiciada frente al arco y a partir de allí el camionero no le generó más peligro al arco local. Sus defensores tomaron las marcas, los volantes cortaron el circuito creador de Cáceres Silva y nuestro doble cinco terminó pegado a los del fondo.
Exceso de manejo del balón, falta de verticalidad. Grecco se cansó de desmarcarse en la primera etapa y no le llegó una. Ya en el segundo tiempo se lo comió la marca. Siempre una gambeta de mas, buscando al hombre equivocado, marcado o comprometido. En puerta de área lateralizamos más de la cuenta, cuando tenemos que dar el pase en profundidad o patear al arco, cosa que Barracas no practica seguido. Perdemos un tiempo en cada jugada que el rival aprovecha ganando la posición. El la segunda parte los de buen pie se quedaron sin gas, Ciavarelli desperdiciado en la izquierda, más preocupado por las subidas del lateral marrón que por generar desbordes. No tocamos de una y perdemos sorpresa. Bien en defensa, sólidos en la marca, aunque en la etapa final nos generaron un par de sustos. Volvió Lucas del Río, pero quedó a expensas de la figura de la cancha, el colorado Fassi, que desbarató toda intentona ofensiva visitante.
Párrafo aparte para un árbitro que las cobró todas para ellos y aunque hubo un dudoso penal en el área de Barracas, las jugadas boludas, divididas o que generaban cierto peligro de contras o de ataques nuestros, fueron cortadas sistemáticamente por el árbitro Suarez a favor del clamor masivo del multitudinario y fervoroso público local.
Sufrimos la B y nos cuesta ganar, de todas formas la campaña es buena, como las sensaciones de jugar frente a un grande, en su cancha, viviendo la fiesta del fútbol de ascenso en la Argentina, una fiesta que supimos conseguir.

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