martes, 19 de octubre de 2010
QUE ASCO....UN POBRE...!!!!
Generalmente, los pobres de mi país, Argentina, tienen cara de pobres, se visten como pobres, tienen piel de pobres, caminan como pobres y miran como pobres. Los que no están desocupados, ganan como pobres, compran y comen como pobres, cogen como pobres y aman como pobres.
Para los que no son pobres, un pobre representa un peligro latente. Los que no son pobres ven a los pobres como roñosos, delincuentes, contraventores, desteñidos, bizarros, incultos, ordinarios, desubicados, pedigüeños, enfermos, latosos, dolosos, envidiosos y chusmas.
Para los que no son pobres, los pobres se comen la letra ese, son bándalos, patoteros, violentos, agresivos e impresentables. Para ellos, los pobres no tienen buen gusto, no son previsores, viven de los otros, no guardan profilaxis, dañan, desean, envidian, odian, están desinformados, consumen basura, son mala noticia, compañía o influencia; son infieles, amorales, adictos, desubicados, irresponsables e inconformistas.
Los pobres no hacen juego con estilos de autos ni con glamorosas fachadas de casas. Para un pobre no existe el country, salvo que labure en él cortando el pasto o vigilando a sus moradores. Para muchos, un pobre es un canto al mal gusto.
Los pobres no se cuidan los dientes, ni usan preservativos y además tienen hijos por docenas. Desean lo ajeno, hasta los residuos ajenos.
Los pobres no tienen sueños, pero saben rezar y su llanto es invisible. Para un pobre no hay venganza, solo hay resignación. La justicia los ignora y el hambre los adora. No saben de vacaciones y su música es inaudible. La harina los engorda, pero se los ve sanos y rozagantes. Para el ideario solvente, los pobres son vagos y no leen ni La Nación, ni La Prensa, ni El Cronista o Infobae. En realidad, los pobres nunca leen.
Para los políticos un pobre es un voto, para la iglesia, son feligreses, para la televisión, un televidente, para los profesionales o comerciantes, un potencial cliente que pide descuento. Para los artistas, un pobre es igual a un fans, para los ricos, una piedra en el zapato, para un empresario, un explotado, para la policía, un sospechoso y para otro pobre, un compañero.
Para cierta gente, un pobre es un barra brava, un drogadicto o un alcohólico. Los noticieros arman sus noticias con historias de pobres y hasta hay canales y diarios para pobres. Los pobres son mayoría en la lista del Incucai. Los colegios y hospitales públicos rebasan de pobres, al igual que trenes y colectivos. El pobre tiene su música, su pilcha y su vocabulario, generalmente aberrados por lo no pobres.
En mi país hay pobres en todos lados, los veo repartidos en la ciudad, a partir del habitáculo de mi taxi; crecen y se reproducen en cada rincón, en cada barrio. Puede ser un vecino, un compañero de trabajo o un pariente. Están en los amiguitos de nuestros hijos, en los pretendientes de nuestras hijas o sobrinas. Habita en un cartonero, en un empleado o en un obrero. El pobre de mi país es pobre aún con trabajo.
Están en los que limpian vidrios en un semáforo, en el trapito de un evento, en el piquetero que impertinentemente corta la calle, en el obrero, el albañil, el vendedor ambulante, el villero que toma mate en musculosa en la puerta de su rancho, irritando a la pudiente vecina gorda. La Argentina es tan grande que hasta importamos pobres de los países limítrofes para que convivan con los nativos.
Mi sociedad esta asqueada de pobres, les tiene aprensión, miedo y los rechaza. Mi ciudad no vota al que dice representarlos, no les tiende la mano, les sube el vidrio, les cierra la puerta, les corta el rostro, los ignora; son como un paisaje más de la ciega ciudad.
El que no es pobre lo acusa, se lamenta, difama, segrega y censura. El que no es pobre se eleva, se compara, se observa en el espejo del pobre, se corre y se miente.
Mi ciudad vendió el alma al diablo y a fuerza de cambiar figuritas, entregó la más importante al divino Satanás, la figu difícil, aquella que combate a la pobreza. Al mismo tiempo, mi ciudad se quedó con la figurita más insignificante, la que no tiene ningún valor y es la que combate de forma lenta e irremediable al bendito pobre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Te felicito, m siento tan indignada, impotente y triste luego d haber escuchado entre otras barbaridades "los pobres son pobres x q quieren"
ResponderEliminar"son ladrones, bagos" y a medida q discutía y daba mis argumentos era peor. salió la palabra negro utilizada como insulto. fue terrible. No imaginaba q gente tan "buena" Podía ser tan cruel, sin compasión del dolor ajeno. y estaban convensidos q no era discriminación.
Omg.me siento tan mal por que siempre deteste a la gente rasista y me di cuenta que pienso eso de los pobres. Lo lamento y lo cambiare desde hoy. Grasias por abrirme los ojos.
ResponderEliminar