sábado, 30 de abril de 2011

EL PATO DE LA BODA


Y le llegó el turno al Pato Franzoni con su humilde General Lamadrid. El carcelero sube a la primera B Metropolitana con el presupuesto más chico de la categoría. Una mezcla de alegría, asombró, cierta bronca y preocupación me apodera en estos momentos. Alegría, pues Franzoni condujo a Barracas Central en un itinerario que lo llevó a hacer buenas campañas no coronadas con el ascenso, contando con cracks de la categoría, lo que representaba una importante erogación de recursos para nuestro club. Pero a pesar de ello no podemos dejar de alegrarnos por su logro personal, pues particularmente yo le he depositado cierto afectos a pesar de su fuerte carácter y de su particular forma de ver el fútbol y de relacionarse con los socios, hinchas, dirigentes y periodistas partidarios locales. Pero también registro cierta bronca, pues a pesar de lo humilde del equipo de Devoto y del laburo que seguramente realizó a lo largo de toda la temporada con sus jugadores, nuestra primera C fue más competitiva que la que tuvo que enfrentar en el lapso 2010-2011, lo que significa que a nosotros todo nos a costado mucho más que a ellos. Asombro, porqué en una categoría plagada de gigantes dormidos, una pequeña institución de la Capital logra infiltrarse por segunda vez en una divisional profesional. Finalmente una preocupación anida en mi alma barraqueña, pues General Lamadrid ha sido por años un equipo significativamente preponderante en los enfrentamientos mano a mano, lo que en la jerga futbolística se traduce en un cierto padrinazgo sobre nosotros y la presencia de Lama en la B no hace otra cosa que enfrentarnos nuevamente con la historia y con su reducido, inexpugnable y poco amigable campo de juego.
Felicito al Pato por el ascenso y al Bochita, su asistente. Nos veremos las caras en la B 2011-2012 y que gane el más mejor.

viernes, 29 de abril de 2011

QUE NOS PASA A LOS ARGENTINOS


Realmente no se que tenemos lo argentinos en la cabeza y en nuestros corazones. Desde tiempos inmemoriales los nativos en el Río de La Plata hemos mirado con asombro y admiración tanto a Europa, a principio del siglo pasado, como a los EEUU en la contemporaneidad. El deseo, el pasmo, la envidia, esa puja entre lo nuestro y lo del otro traducido en actos de cholulismo, fisgoneo, envidia, esperanza y objetivo de vida, queda plasmado en la piel del argento y del sudaca en general, cada vez que un nombre, un producto, una persona, un paisaje o una noticia emanan de aquellos lares.
No puedo creer como la mal llamada Boda Real (pues no es un rey el que se casa), despierte en nuestros compatriotas y en especial en los medios periodísticos locales tanta avidez. Esto resulta más incomprensible si es el príncipe de un país beligerante al nuestro, con causas pendientes que no son otra cosa que políticas de estado irrenunciables el que se enlaza.
Que tenemos nosotros, los argentinos, que nos pueda interesar de ellos. Salvo alguna cajetilla vernácula que le incumba la moda de la aristocracia europea, tan solo para comentarla entre las chongas de la peluquería. Particularmente ver su bandera me irrita, aún en el logo de una pilcha. Porque debemos prestarle atención a la felicidad de un pueblo que nos hizo infelices, que nos llenó de dolor y muerte, que se apropió de los nuestro e históricamente de lo ajeno. Porque las emisoras de radio y Tv, especialmente las de cable me llenaron de retratos de la pomposa ceremonia, cuando la actualidad de nuestro país reporta noticias, informes, comentario e imágenes que justamente en la mañana del viernes canal 26, Crónica, América, C5N y TN se negaron a darme; si hasta especularon con el pronóstico del tiempo en Londres a la hora del casamiento y enviaron periodistas destacados en el evento.
Existe un enlace matrimonial que los argentinos estamos esperando para ver con alegría y vivirlo con esperanza y es el de los medios de comunicación con las causas nacionales, que por lo visto todavía no habitarán en la alcoba nupcial.

miércoles, 27 de abril de 2011

HIJOS SUYOS


Que feo que se ve a Barracas jugando por televisión. Es como que el orgullo de pertenecer, de figurar, se mezcla con cierta vergüencita que uno tiene luego de haber pregonado a todas nuestras amistades durante una larga semana que miren por favor a mi querido equipo por la tele. Y mi querido equipo sigue sin aparecer y TyC sigue sin vernos ganar. Me da la sensación de que el andamiaje del camionero se desmoronó con la salida forzosa de Bojanich. A partir de allí, Barracas nunca fue el mismo, porque a la limitación ofensiva que nos condenó a la friolera de 19 partidos empatados, se sumó la inestabilidad defensiva y la autosuficiencia de un arquero que a veces cancherea y otras te salva.
Lo de la noche del martes frente a Almagro no ha sido otra cosa que un nuevo acto de la debacle de un equipo que construyó durante 33 fechas un campañón y que en la segunda parte de esta rueda ve como fluye de sus manos lentamente las chances de solidificar posiciones. Se sabía que la segunda parte iba a ser difícil y realmente lo fue. No les estamos ganando a los que se encuentran debajo de nosotros. Se nos acercan todos en la tabla y algunos nos han pasado. Hemos perdido puntos con los que pelean por no descender o por llegar al reducido y además jugamos mal, no se nos cae una idea y encima persistimos en el error, consolidando formaciones y hombres que no rinden en la cancha.
Nos cuesta atacar y nos cuesta defender. Le pifiamos a la pelota y nos estorbamos (codazo de Orfila a Pablo en una superposición de marca). No damos dos pases seguidos, perdemos la pelota infantilmente y cedemos terreno. El rival nos ataca por errores nuestros de marca y de precisión y no por virtudes propias. Enfrentamos a un mediocre equipo como Almagro (portando una defensa generosa y regalona) y nuestra impotencia e impericia a la hora de definir las pocas que tuvimos a nuestro favor, junto con lo poco que nos propuso el local en la segunda parte, nos llevo a servirle en bandeja la victoria (segunda derrota en el torneo frente al mismo rival y por la misma diferencia).
No me gusta perder, no estamos acostumbrados, en un año y medio caímos en siete oportunidades (dos derrotas seguidas). Llegamos a recibir dos goles en diez partidos y en una semanas nos marcaron cuatro, tres de ellos por la franja que custodian Lambermont y Fernandez.
Sin Fariña en el medio y con un Almada Flores que tuvo una noche para olvidar (no se mete en el área y siempre termina jugando hacia atrás, individualista y sin la pegada que lo caracteriza; no pegó un centro como la gente). El medio hizo agua en gran parte del partido, nos faltan carrileros como Ciavarelli que estaba lesionado aunque el técnico no lo tenía en cuenta. La primera mitad nos muestra a Barracas atacando, copando el campo rival y lateralizando; una ilusión óptica que dibuja tenencia sin agresividad y un protagonismo con un par de chances desperdiciadas para consolarnos y al mismo tiempo amargarnos la noche. En el banco 18 goles en los pies de Grecco, González y Avalo.
Orfila lo mejorcito del camionero. Barracas jugó mientras jugó el paraguayo. Maraschi desaparecido en acción y Matos que viene de una lesión jugo a lo que juega Matos, pivotear, bajar pelotas y cabecear algunas pocas. Barracas jugó a lo Barracas, pelotazo, pelotazo y más pelotazos. Arrestos individuales y desconcierto. Ni González, ni Grecco, (que jugó 8 minutos), pudieron inquietar, porque nos falta una media punta que los aglutine (Avalo en el banco y pudiendo entrar con el equipo perdiendo, pero Kopriva no aprovechó el último cambio disponible). Carecemos de cambio de ritmo, rotación, remate certero y precisión. Todo era anárquico frente a un Almagro, ya consolidado como nuestro padre futbolístico, que sin proponérselo, nos pegó una en el travesaño y molestó en algunas ocasiones a Elias. Del árbitro nada, lo de siempre, dejando pegar y castigando a los nuestros con amarillas y rezongos, aunque no tuvo nada que ver con el resultado final.
Que nos espera de ahora en más; terminar el año con algunos puntitos extras que engrosen el promedio, aunque por lo visto en los últimos partidos, no es promisorio el futuro barraqueño, teniendo en cuenta los rivales que nos tocan de aquí al final de torneo y a como estamos jugando. Pelear por un reducido en la zona baja donde tenemos que salir a ganar de visitante en un solo encuentro con la performance que cosechamos en esa condición durante la temporada me parece una utopía. Peleemos por los 60 puntos y de ahora en más intentemos construir un desafío que nos llevará a encarar la segunda temporada de Barracas en la B. Arreglar con el técnico y pensar más allá de la Copa América, armando un nuevo ejército para pelar contra padres e hijos, contra los nuevos y los viejos adversarios, en este derrotero que encaramos hace un año, allá por el 18 de abril de 2010.

jueves, 21 de abril de 2011

CONTINENTAL Y RIVADAVIA SE BAJARON LOS LIENZOS


Tengo cincuenta y dos años y he vivido y sobrevivido sin la locura mediática del fútbol europeo durante gran parte de mi vida. Aún amante del fútbol, solo tenía registros de los nombres, performance, colores de las camisetas y escudos de las instituciones y de sus propios jugadores para los mundiales o para la intercontinental. Con el advenimiento del cable y las actuaciones de Maradona y Batistuta en Europa, nos familiarizamos con los torneos que se disputaban allí. Y a partir de ahí fueron tomando entidad palabras como Champions League, UEFA, FA Cup, Eurocopa, Ligas, etc.
España, Italia e Inglaterra nos llenaron de partidos la tele, para luego aparecer Alemania y Holanda. Veíamos con asombro, admiración y orgullo el desempeño de los jugadores argentinos, muchos de ellos vendidos luego de jugar no más de diez encuentros en sus clubes o casi salidos de las inferiores.
Nos habituamos a las camisetas y llegamos a lucirlas en la calle como algo exótico, progresista, que nos pintaba viajeros y abierto al mundo, pues ya no éramos hincha de un club, sino que teníamos otro amor del otro lado del Atlántico.
La locura del fútbol en Europa llega a las cadenas deportivas de TV, poblando noticieros, transmisiones de partidos del país que sea y por el motivo que fuese (Copa Italia, España, Eliminatorias Euro, Mundial, Curling Cup, Fa Cup, Copa del Rey, Calcio, Liga de España, etc.).
Aprendimos a convivir con lo de afuera, porqué lo de ellos siempre es lo mejor, lo mas lindo, porqué ellos son campeones del mundo, los eventos están mejor televisado y además juegan argentinos….!!!!
Pero el colmo del disparate llega en estas semanas cuando se promociona sobre manera una serie de encuentros que disputan el Real Madrid y el Barcelona (Copa del Rey, Liga y 2 de Champions). El enfrentamiento entre los reyes de una liga de aldea como es la española, súper equipos que juegan un campeonato aparte, un torneo político de cabotaje, vergonzoso, egemónico, poco competitivo, pero muy redituable en términos económicos. Y estos eventos son importados al mundo como el gran acontecimiento del año.
El mismo es tomado así tanto por Radio Continental (Grupo Prisa), quien envió a Víctor Hugo Morales para el relato y Radio Rivadavia, que con su tan mentada alianza estratégica con ESPN, (si, aquellos que tiraron a la mierda las habituales emisiones sabatinas del fútbol de ascenso), quien en la voz de Quique Wolf y Enrique Sacco nos llevaron el partido a nuestra casa. Ambas emisoras señeras del deporte en Argentina obviaron en la tarde del miércoles un encuentro vital para el campeonato telúrico de nuestro país como fue Vélez - San Lorenzo, que se disputaba en la cancha de Boca, a puertas cerradas y en horario laborable. Pero era Vélez y San Lorenzo, no era Boca ni River y la audiencia bien gracias, les importó tres carajos que un obrero, un oficinista o un tipo que va con un walkman por la calle desee saber como va su equipo del alma. Una verdadero pecado que los aleja de sus oyentes históricos, aquellos que ya se vuelcan a medios más terrenales y humildes, los que informan sobre el ascenso o les llevan la actualidad de su pequeña institución sin que medie sponsors alguno. Para Continental y Rivadavia, el Real y el Barsa, era el hecho más esperado por los argentinos y había que llevárselos a sus casas y nosotros (que nos importa mayoritariamente un pito la Copa del Rey y lo que hagan eso dos capangas de la madre patria) debemos agradecérselos. Todo esto no es otra cosa que una bajada de pantalón que refuerza mi idea de que el periodismo deportivo argentino y sus medios, se venden mayoritariamente al mejor postor. Esto va más allá de ser un negocio, es la generación de una necesidad innecesaria; esto no es otra cosa que una movida global, una inducción ideológica y multinacional a la que debemos de acostumbrarnos de ahora en más y que tiene al deporte como protagonista y víctima al mismo tiempo.

sábado, 16 de abril de 2011

LOS PITOS DE NORAY


Generalmente un 1 – 3 en contra nos exima de demasiados comentarios y de escasas escusas para justificar una derrota dura. Un uno a tres suele ser el resultado de un baile, de una conjunción de errores, de descuidos o de planteos equivocados. Quizás un uno a tres recubra el efecto de la actitud sobre la pasividad, del equilibrio sobre el descontrol y de la practicidad sobre la carencia de recursos.
Barracas pierde su quinto partido en la B de una forma tan concluyente como sospechosa, tan previsible como dolorosa y tan justa como digna.
Para analizar una debacle debemos meter en una cacerola todos los ingredientes futbolísticos y extra futbolísticos. Hoy se jugó algo más que un partido de fútbol, fue una disputa de poderes, se peleó por los derechos de la televisión que peligran en las manos del Armenio de Noray. Se jugó por el descenso y por el orgullo, se disputó por la pelota, el terreno, los tres puntos, las necesidades y las urgencias.
El rival puso actitud, un planteo sólido en defensa, férreo en el medio y cierto talento desequilibrante en ofensiva, para perforar a una débil defensa local. Pero sabemos que en el fútbol de hoy esto no basta y es necesaria una ayuda extra para que la faena se cumpla con éxito. A la virtud del litigante hay que ponerle un juez proveedor, obsecuente, favorable, propicio y benigno. Para ganar una mini final, hace falta un pito que te tienda una mano, que cobre para vos, que recuse infracciones rivales, que genere irritación ante fallos injustos, que melle al rival del amigo de turno con amarillas, con discursos agresivos hacia jugadores, con indiferencia hacia jugadas claves, que coloque rojas sin sustento, portando un unilateral y tendencioso exceso de personalidad y se haga el boludo ante penales muy claros frente a sus narices.
Para que esto ocurra, ciertos dirigentes de AFA con innegable espacio de poder suelen coleccionar pitos, si, silbatos para que cuando sea necesario suenen a su favor. Esto ocurre desde que el fútbol es fútbol y el presidente de Armenio cuenta con una colección envidiable de silbatos que de tanto en tanto le brindan ciertas alegrías y una bocanada de aire ante campañas denigrantes.
El Deportivo Armenio, que venía peleando palmo a palmo hace unas fechas el descenso con Español, de buenas a primeras pega una racha de cinco victorias consecutivas, pasando a ser de un mediocre conjunto a una suerte de Barcelona de la B (esto me huele a podrido…!!!)
De Barracas puedo decir que ha jugado el peor partido desde que está en la B. La ausencia de Bojanich ha generado un problema en defensa de difícil solución. Los zagueros no están compensados, dan malas asistencias, le pifian a la pelota en el rechazo, se estorban, pierden marcas, abusan del pelotazo en el despeje y no salen jugando,los pasan fácilmente, se comen amagues, los desbordan y les cabecean en el área. Elías alterna buenas con malas y en las últimas fechas en su afán de despejar se las deja a los contrarios o compromete a sus compañeros con pases poco precisos. Yo me pregunto si no es hora de darle una chance a Ramírez.
Armenio nos desbordó, abrió las puntas, aprovechó los espacios y las ventajas de una última línea, remato al arco y a los pocos segundo de iniciado el partido nos estrellaron un tiro en los palos. Flojo Pablo y Fernández; Peralta apresurado y pasado de rosca. Los del medio no daban a basto y Orfila luchaba contra todos. Arriba nada, Cáceres Silva desconocido, nada que ver esta temporada con lo que rindió en la C. Grecco solito entre mil rivales y Maraschi insoportablemente individualista, poco colaborador con el juego grupal y haciendo su travesura personal. Yo me pregunto si es necesario poner en el medio tres número cinco sistemáticamente todos los partidos. Barracas se está diferenciando al Barracas que conocimos, poco práctico y efectivo, errático y vulnerable. Perdimos y no estábamos acostumbrados y nos duele; los empates son derrotas dulces que asimilamos por ser el primer año en la B y que nos permiten sumar. Estamos perdiendo puntos con los de abajo, los que quieren ingresar al reducido o salvarse del descenso, quienes de a poco nos están sacando a patas del octogonal.
En la primera parte, el penal, una mandada del Chano, un desborde del bicho y un ataque frontal que Arce desperdicia; nada más. Nos cuesta convertir y generar situaciones; el arco de enfrente está muy lejos. En quince minutos no habíamos pisado el área y Armenio nos estaba bailando por momentos. No teníamos laterales en ofensiva ni abríamos las puntas.
En la segunda mitas lo de siempre, pelotazos, desbordes sin efecto, arrestos individuales desbaratados. No hay brújula, no tenemos pasadores, gente que clarifique. En diez minutos, dos cagadas, dos goles en contra y adiós partido.
Respeto a Kopriva y le agradezco todo lo que ha hecho por Barracas, ascendernos, dejarnos en la B una año más, hacer una campaña con tan solo cinco derrotas, enseñarnos a ser profesionales, manejar el vestuario y la disciplina, su afecto y su compromiso hacia el club. Pero eso no quita que no haya cometido errores. Malos cambios, reemplazos tardíos o necesarios que no hizo (Los Andes en la primera rueda minuto 91), falta de estrategia en pleitos ganables, regaló a Orfila en la primera rueda a San Carlos, hecho por tierra el buen funcionamiento del equipo en el final de la primera rueda; exceso de cautela, manipulación de jugadores que hoy están y la semana que viene no, un cupo para un volante necesario que no usó por no considerarlo imperioso. El fue responsable de muchos de los empates cosechados que pudieron transformarse en triunfos, de borrar jugadores que rendían como los Avalo, Anaud, Almada Flores, Torres o Ciavarelli y de buenas a primeras reflotar a los Rubira, Lambermont, Garay, Matos y a un intrascendente Maraschi que no es mejor que los otros dejados de lado.
Se viene el final del campeonato y si bien estamos salvados, el octogonal peligra, se acercan los de atrás y nuestro rendimiento decae, una victoria en cinco partidos y tres empates y un tren que se aleja cuando más lo necesitamos. El equipo se deshilacha y hay que volverlo a coser. Manos a la obra.

lunes, 11 de abril de 2011

PUDIMOS GANARLO… PUDIMOS PERDERLO


Aquellos equipos que figuran de la mitad de la tabla para abajo nos están sacando las canas verdes. Como puede ser que coleccionistas de derrotas compliquen el accionar de una Barracas equilibrado y que suele resolver pleitos con los equipos grandes de la categoría, como aquellos que están arriba en tabla..
Pero el chiquitaje de la B nos puede. Clubes con hipótesis de conflicto y anárquicos nos terminan sacando de quicio, empatándonos sobre la hora, plantando defensas férreas, que justo contra nosotros se transforman en invulnerables y con delanteros que en cuenta gotas nos ponen los pelos de punta.
El miedo no es zonzo y Temperley nos temió y ese temor se tradujo en una red defensiva plagada de pibes de su club que nos jugaban como una final y que nos llenaron de dudas, nos robaron la pelota y nos regalaron dos o tres créditos que no fueron aprovechados.
Barracas, sin Matos ni Maraschi, puso en la cancha una delantera rápida que no verticalizó, ni trianguló. González y Grecco se deslucieron, llegando tarde, corriendo mucho e intentando cabecear ladrillazos. Barracas lateralizó más de la cuenta, pero no profundizó. Los centros sin referente de área son pelotas que se regalan y el arquero celeste descolgó en la primera etapa no menos de seis.
La ilusión óptica en el primer tiempo fue ver a un Barracas dominador, pero que no inquietaba tanto y a un rival débil en ofensiva.
En la segunda mitad Kopriva pone a Castagnino sacando a Orfila y se la juega, pero perdimos el medio y fuimos permeables. Temperley nos atacó por momentos y nos puso en jaque. Un error de Elías en un rechazo con el pie derivó en un remate en el palo. Minutos antes el propio Gómez tapó un mano a mano.
Barracas nada, Castagnino recibiendo solo por derecha y desperdiciando cada embate, ya sea por exceso de individualismo, centros sin destino, desbordes poco efectivos o consumido por la marca.
González desaparecido. El ingreso del Chino Avalo le dio protagonismo a la visita, quien por izquierda generó las situaciones más claras. Al final un cabezazo al palo cuando terminaba el partido nos deja con un sabor amargo, pues Temperley era un rival ganable, máxime fuera de su casa.
Pudimos ganarlo, también pudimos perderlo. Las canchas amplias, los espacios abiertos en definitiva nos restan piernas y efectividad; nos cuesta cubrir terrenos, buscar el ciego o el vacío y como así también triangular, hacer una pared y llegar de llenos frente al arquero. Con abrir la cancha no sirve, solo es una parte del juego. Nos faltan otros ítems que no aplicamos como cortinar para el remate de media distancia, generar foules en puerta de área, tener un buen rematador por esa vía, etc. No tenemos cambio de ritmo y nos subordinamos a la marca rival.
Una pena, pues los equipos de arriba no suman y no aprovechamos las chances de despegar y posicionarnos mejor en el octogonal. No vaya a ser que el reducido sea solo eso, un reducido cóctel de ilusión que solo dure noventa minutos.

martes, 5 de abril de 2011

DELANTEROS SUPLENTES MATA GALANES


Ganamos y cumplimos con el objetivo pautado. Llegamos a los 51 puntos a expensas de Platense, un grande que no enfrentábamos en Olavarría y Luna desde hace 84 años. Se disiparon los fantasmas del 1 a 1 con Suarez y el equipo jugó un discreto partido con un justo resultado final.
Sufrimos en la segunda parte innecesariamente y pudimos cerrar el partido. Los goles fueron convertidos por Peralta y González. Aunque vimos a un Barracas solidario, menos vistoso, más previsible, errático y repetitivo, el triunfo esconde defectos que seguramente serán trabajados en la semana, ya con Arce y López en el campo.
Barracas arrancó el partido jugando a lo Barracas, abriendo la punta, mordiendo en el medio y jugando al pelotazo para Matos. Maraschi vertiginoso, excesivamente individualista, peleando contra molinos de viento, sin poder cerrar ninguna jugada y hasta no efectivo en tiros libres. La defensa tuvo baches por derecha aprovechados por el 10 rival, quien nos complicó con algunos centros.
La etapa pasó sin pena ni gloria hasta el cabezazo de Peralta tras el corner ejecutado por el paraguayo, estampando el 1 a 0. La segunda parte nos sorprende con un Platense adelantado, abriendo a las puntas, sin profundidad y dejando baches profundos en el fondo, que Barracas no pudo aprovechar, pues no verticalizábamos de contra y el arco nos quedaba lejos. Inquietamos con algunos arrestos individuales y centros intrascendentes. La lesión de Matos nos deja sin un referente de área, lo que nos daba más trabajo progresar en ofensiva.
El ingreso de Gonzales y Grecco posicionó a Barracas con una delantera rápida, vertical y explosiva, pero por sobre todo solidaria y ya sin el paragua, ni Federico, el camionero no claudicó y en una gran combinación de los delanteros ingresados, llega el cierre del score en una gran jugada de Gonzalito.
Volvió a mi criterio la delantera ideal, la avanzada efectiva que debiera tener más continuidad, especialmente de visitante, pues estos rapiditos aprovechan errores y espacio que nos regalan los rivales, que junto a un media punta que los asista, seguramente llenará de goles la ofensiva barraqueña.
Es un pecado tener en el banco 13 o 14 goles desperdiciados. Hoy la delantera suplente se quedó con la más linda y dejaron sin nada a los galanes hegemónicos, quien frente a Platense finalizaron con las manos vacías.
Cincuenta y un puntos, un excelente regalo de cumpleaños.