sábado, 20 de agosto de 2011
SACANDONOS LA CARETA
El descenso de River Plate ha provocado una revolución en el mundo fútbol de la AFA. He descubierto a pesar de mis años de ver ascenso y de entender de qué se trata la cosa, como la comunidad futbolera se ha sacado la careta para demostrarme lo que intuía, lo que visualizaba sin querer entender. Esa comunidad me ha enrostrado todas las formas de la miseria humana; esto traducido en oportunismo, en banca, en el poder de las influencias, en el negocio al margen del deporte y las instituciones, en la política y los políticos metiendo sus narices, en dirigentes genuflexos, cobardes y especulativos. Además nos vemos lamentablemente sometidos como hinchas a toda forma de impunidad, por el simple hecho de ser el club afectado por el descenso, un grande que pasa un suceso excepcional y que no puede ser considerado como normal.
Siempre pensé que el fútbol de ascenso era un universo de ambiciones, de premios y castigos y un derrotero casi interminable por objetivos lejanos pero tangibles. La historia me demostró que el ascenso es el castigo, la esperanza y la purga. Que para participar en él hay que demostrar humildad, valentía y nobleza; que subir de categoría era algo mas que sumar puntos y ganar partidos y por el contrario, el descenso se me presentó siempre como un drama, un retroceso, el abismo, a pesar de los que te dicen que esto es sólo un juego, un deporte.
Con el descenso de River aparecieron intereses poderosos, proteccionistas y conservadores. El drama de los de Núñez ha descolocado al inframundo periodístico deportivo, que tuvo que cambiar pautas, formatos y conductas. De pronto Radio Rivadavia que hace largo que no transmite ascenso, relata a los de la banda roja y el propio Víctor Hugo Morales, que le hace asco a todo, trasmite desde el monumental el partido frente a Chacarita. A TyC le sacaron el Nacional B con el cuentito de la democratización del fútbol y la inclusión a todo el país y obviamente cambiaron la musiquita tan característica del futbol de ascenso de Torneos, aunque muchos de sus periodistas laburan para la TV Pública. Hasta le colocan árbitros de primera en sus compromisos de segunda categoría. Mecharon sus partidos entre otros de la primera para que no se note y hasta los logos y el videograf son el mismo que los usados para las transmisiones de la A. Le suspendieron la cancha por míseros cinco partidos y ya se mueven influencias con recursos de amparo incluido, para jugar en casa, y ya se habla de la presencia de visitantes en la B Nacional para sacar a los chicos de su cancha. Los programas de ascenso, sean de TV como de radio no hablan de otra cosa de que River y su descenso y por radio olvidate que nos transmitan, pues siempre un grande de la B Nacional se ha de cruzar con otro para ser transmitido y solo los cuatro televidados de TyC van a consolar a la fanaticada de la disminuida B metropolitana. Se inventó un torneo nuevo para ascenderlo automáticamente y no se les descontó un solo punto por los destrozos, las agresiones, bengalas, aprietes y ventas de entradas por encima de las permitidas. River se fue al descenso y se la tiene que bancar como se la bancaron centenares de equipos en los anales del ascenso en la Argentina y el que no lo haga, el que se revele a las normas establecidas por la nueva categoría me saca de quicio y me revela sobremanera. Esto no hace otra cosa que afirmar que en este bendito país vale todo, no hay justicia y abundan hechos de impunidad, que son maquillados bajo las palabras democracia, inclusión, igualdad, pobreza y mayoría.
Todos se hicieron los boludos, especialmente el periodismo y los clubes, fundamentalmente del Nacional que quieren jugar con River fuera de su casa para ganar unas monedas más. Ahora en Mendoza se dibuja por su presidente, Daniel Vila, un nuevo formato para chicanear lo establecido, una tribuna para los NO SIMPATIZANTES. Realmente no vale la pena seguir viendo fútbol en estas condiciones desiguales, siento que el fútbol es una verguenza que no necesita de sus hinchas y que solo quiere de ellos su silencio y su resignación.
Saquémonos las caretas de una vez y entendamos al fútbol de hoy en día como un negocio prostibular donde todos y me incluyo, terminamos poniendo el culo.
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