domingo, 5 de junio de 2011
LA ETICA DEL CALAMAR
Los téutidos (Teuthida) son un orden de moluscos cefalópodos conocidos vulgarmente como calamares (debido a su "hueso" calcáreo, conocido como pluma o caña = calamus en latín). Es característico en su anatomia dispone de 2 tentáculos y 8 brazos. Sus tentáculos fuertemente musculados están dotados de ventosas, y si se arrancan no vuelven a crecer. Los calamares pueden camuflarse en el medio con gran facilidad para evitar a sus depredadores. También tienen unas células llamadas cromatóforos en su piel que otorgan al calamar la cualidad de cambiar de color en caso de sentirse amenazados, estrategia que combinan con la expulsión de la tinta que producen.
Como ven, los calamares son un animal interesante, exótico y un exquisito plato gastronómico. Pero además es el apodo de una institución de fútbol, cuyo equipo juega en la B metropolitana y hace las veces de local en su estadio de Vicente López. Ese sobrenombre viene del color de su camiseta, marrón como suele tener la piel el mencionado molusco.
Que es el Club Atlético Platense hoy por hoy. Es una institución del ascenso, denominada grande, que como todo club de ese espectro futbolístico, con convocatoria de gente, vive en estado permanente de hipótesis de conflicto institucional y deportivo, viviendo en una suerte de fase de nostalgia superviviente por la gloria perdida. Una entidad que intenta sobrevivir de una actualidad plagada de equipos chicos que terminan empernándolos competitivamente, con el consiguiente bajón de esa dosis de autoestima, puntaje en la tabla y ese orgullo mal entendido, que suelen tener los grandes venido a menos.
Siempre, en la historia del fútbol y especialmente en la Argentina, el grande se ha comido al chico. Los clubes poderosos se hicieron del elemento humano surgidos de instituciones que se tuvieron que bajar los lienzos ante una propuesta económicamente tentadora. De hecho se han desmantelado planteles enteros fogoneados por las ambiciones de un dirigente, un representante o un técnico de una súper potencia futbolera.
Esto que se supone como algo normal, desde el punto de vista mercantil, trasladado al mundo fútbol no es otra cosa que una maniobra anti ética, un juego sucio ejercido por una incompetente dirigencia, que nos es capaz de generar propios espacios de talentos en sus divisiones inferiores. Y esto se agrava, cuando la consulta, la requisitoria, el pedido y el ofrecimiento es hacia un técnico y un grupo de jugadores que está disputando una etapa definitoria de un torneo, que están trabajando y que tienen contrato.
Pues bien, esto ha ocurrido en Barracas Central con la dirigencia de Platense. El calamar, el grande que se quiere hacer de las bondades humanas del chico como para paliar sus propias cagadas de gestión, chapeando nombre y dinero a cambio de los ídolos de un club pequeño a punto de jugar un reducido, ha incurrido en este juego sucio, perverso y bastardo, intentando llevarse al técnico y a tres o cuatro jugadores estrellas de nuestro plantel.
A mal puerto has llegado calamar, pues tú falta de ética te ha enganchado en las redes de una institución ejemplo como Barracas Central, que ha de hacer estéril tu búsqueda de alimento deportivo, para intentar ampliar una gloria futbolera que ya no existe más.
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