jueves, 2 de junio de 2011

VENDO PRESTIGIOOOOO….!!!


Cual es el plan…?. Cual es la estrategia…?. Me pregunto si es beneficioso para el fútbol argentino regalar prestigio encarando compromisos deportivos a nivel de selección, con la presencia de planteles de bajo nivel individual y colectivo. De que le puede servir al técnico a falta de un mes de la Copa América una gira europea con la sub 25, del que casi en su totalidad no aportará elementos para el próximo compromiso continental.
La camiseta de la selección de cualquier país es una indumentaria sacralizada. Cada enfrentamiento de la nacional debe ser un evento de dominio público y de interés general; un espectáculo único, de jerarquía que involucre historia, tradición, talento, actualidad, idolatría y belleza. Si bien el fútbol es un deporte en donde se gana, se empata y se pierde, la puesta en escena de un cotejo de selección debe ser rutilante y estelar. No debe haber espacio para la especulación, los negocios, el marketing exacerbado y los experimentos deportivos sin un motivo justificado.
En la selección deben estar los mejores, si o si, siempre. De lo contrario no hay partido. No debe existir el concepto de ¨combinado¨ escondiendo una participación que la juegue de ¨segunda marca¨, entrenamiento, preparación o exhibición, ni las camisetas azules que me pinten un pleito menos exigente, para no exponer la celeste y blanca a una derrota frente a un rival de tercer orden. Los partidos amistosos lo serán frente a las potencias, de lo contrario no deben hacerse.
Que te anda pasando Checho..?. Porqué Nigeria o Polonia…?. Porqué Adrián Gabbarini; Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Federico Fazio y Emiliano Insúa; Fernando Belluschi, Mario Bolatti y Alberto Costa; Nicolás Gaitán, Mauro Boselli y Diego Perotti, Alejandro Cabral, Nicolás Bertolo, Mateo Musacchio y Franco Jara.
Los que jugaron el miércoles para la selección no tienen nivel de selección ni lo tendrán. Muchos de ellos son suplentes en sus mediocres equipos europeos. El que juega la tiene que romper en su club y estos pibes no lo hacen, muchos de ellos fueron de medio pelo, incluso en los equipos locales de donde salieron y ahora se visten de gala usurpando una camiseta que no merecen. Es como si en una empresa un tornero pasa a ser jefe de fábrica, un cadete, gerente administrativo y un fletero, jefe de ventas.
Lo mismo sucede con la llamada selección local que no es otra cosa que un golpe al corazón del habitante del interior, que quiere ver cracks y se tiene que conformar con el 9 de Tigre o el 5 de Gimnasia. Estos preseleccionados locales deben servir para formar un grupo de recambio por si falta un puesto a cubrir y es por eso que se los entrena en el predio de AFA. Si los quieren probar en competencias, en la Argentina hay 3000 equipos para cotejar y no venderlos como selección cuando no lo son. La selección nacional debe intimidar y asustar al rival. No hay excusas, proyectos, ni motivos que justifiquen semejante papelón mundial. La selección de fútbol debe ser una cuestión de estado.
No vendamos más prestigio en encuentros pautados por caprichos del técnico o por compromisos comerciales. Hace veinte años que no ganamos nada; no hagamos una selección de partidos, construyamos una selección de campeonatos.

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