lunes, 23 de mayo de 2011

MANOLITO TAMPOCO JUGO


Pobre Deportivo Español; de lo que era ya no que nada, ni el nombre siquiera. Solo el estadio como mudo testigo de glorias perdidas y las penurias de dirigentes que buscan desesperadamente explicaciones, apoyo, gente para colaborar, contención y la piedad de sus pares ante tan desgraciada actualidad.
El lamento gallego se topó en la tarde del sábado con la actualidad arrolladora de un Barracas que busca su techo. Y el camionero se enfrentó a un rival sin equivalencias, sin rumbo, sin timón, como queriendo encontrar definiciones en pleno partido. Nerviosos, imprecisos, resignados y sumidos a la experiencia de su rival, el cotejo se pareció más a un entrenamiento en un desértico estadio, acostumbrado a albergar a los grandes del fútbol, que a un cotejo de la B metropolitana.
Esa abulia que sobrevoló el bajo flores contagio a nuestros muchachos, que no jugaron bien, que se defendieron efectivamente ante los pocos embates de un Español al que no se le caía una idea, pero que tropezaron, en especial en la primera etapa, con una defensa que les cerró todos los caminos. El gol de Maraschi de ping ball y un remate desviado fueron las opciones que le generamos en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Ya en la segunda parte, el error del arquero al inicio y la conquista de Torres, cerró el cotejo. Luego vino el golazo de Orfila y créame no mucho más. Los locales nos dieron la ventaja de un hombre menos por más de 75 minutos que no aprovechamos sustancialmente. Los claros en el fondo promediando el complemente no fueron fructificados por una delantera con Grecco, González, Maraschi y Cáceres Silva que tuvieron pelota y terreno, pero carecieron de la puntada final para definir en la red una superioridad notoria.
Ganamos y listo. Estamos ubicados quintos y con ventaja en el reducido. Faltan dos fechas, las que debemos definir a nuestro favor para jugar la primera fase en nuestra cancha.
Atrás quedó Español y su grandeza perdida, atrás quedó aquella enorme institución que nos arrendara la cancha por el 75 y al que veíamos como un rival invencible. Atrás quedó el Español de la primera división, el de Catalano, el de Rios Seoane, el del crecimiento increíble en poco tiempo. Ahora ni Manolito juega en sus filas, con una colectividad que les da la espalda, con una historia a cuestas que pesa mucho más que un descenso. Nos volveremos a ver algún día, mientras tanto Barracas seguirá creciendo en el mundo fútbol de la AFA.

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