sábado, 14 de mayo de 2011
SAN PROMO
Uno es artífice de su propio destino. Cada cosa que hacemos en nuestra vida tiene un condimento de personalismo, de auto elaboración que escapa a los designios de la Divina Providencia. Puede que algún factor externo modifique alguna ecuación, pero generalmente la vida tiene secretos y mecanismos matemáticos exactos que marcan a fuego nuestro futuro. El fracaso es un premio que te da la vida a la conducta, a nuestra conducta y hay conductas, que por su sistemática repetición, no hacen otra cosa que condenarnos a la debacle personal.
Lo dicho corre para un individuo puntual y además para una institución social o deportiva. Este preámbulo sirve para graficar las penurias que en los últimos años padece San Temo en su derrotero por la B metropolitana. Dos promociones jugadas (Barracas y Berazategui) en poco tiempo y una probable, en esta temporada, nos marca la actualidad paupérrima de un club que hace agua y que de no surgir una mejora en los próximos tres partidos del torneo, ha de pedir a gritos su tercera promoción.
Y ese San Telmo que nos ha hecho sufrir por años, ya sea por su cierto paternalismo deportivo, su otrora avasalladora localía que casi le cuesta la vida a uno de los nuestro, en la tan peligrosa y marginal Isla Maciel y lo más reciente, la promo sustraída hace unos años por obra y gracia de un tal Barraza, que pitó para los de su categoría, de la misma forma que un año después hizo propio dirigiendo el segundo partido de la promoción frente a Berazategui.
Quien a promo mata a promo muere y en esta oportunidad fuimos su verdugo. Barracas liquidó a un rival que luchó e impuso un juego rígido, ante la pasividad de un árbitro que no sé por qué, tuve la sensación de querer perjudicarnos.
Jugamos como solemos hacerlo en Olavarría y Luna, golpeando y esperando, manteniendo y regulando. No sufrimos zozobra, pero antes del primera anotación de Matos, su número diez nos inquietó en más de una oportunidad.
El medio impecable con Orfila y Fariña gobernando ese sector, aunque en la segunda parte el equipo se tiró demasiado atrás para mi gusto. González movedizo, participativo, pero dejando pasar segundos de más con la pelota en su poder, Cáceres Silva impreciso en los pases, probando de lejos. La defensa sólida, expeditiva con el Bocha y Peralta solventes y Elías seguro, especialmente de alto.
Hoy le ganamos a un rival necesitado, pero además le ganamos a la historia, vengamos nuestras desgracias pasadas y obligamos a nuestro Santo rival a rezarle a otro Santo, a San Promo, que hasta el día de hoy le ha ayudado bastante en estas instancias.
Ganamos un partido ganable, nos quedan tres que también los son, pero partidos son partidos. Yo sueño con los setenta puntos, yo sueño con un reducido exitoso, yo sueño con un ascenso al Nacional B, total, soñar no cuesta nada.
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