viernes, 4 de junio de 2010

AMISTOSOS PELIGROSOS


Yo me pregunto para que sirven los partidos amistosos, ya sea entre seleccionados nacionales o entre clubes. Que significado se les da a un encuentro de fútbol fuera del ruedo formal de un torneo. Que podemos sacar de conclusión técnica y táctica que no hayamos hecho en la cotidianidad que me propone el choque entre titulares y suplentes o la pugna frente a pibes de inferiores actuando como sparrings.
Puedo aceptar este tipo de enfrentamientos para ajustar las piezas en una etapa de pretemporada, donde se prueba y se está conociendo a nuevos jugadores; o sea en circunstancias de experimento de aquellos elementos flamantes que se acercan al club o en el caso de un partido de exhibición u homenaje.
Los riesgos que se asumen ya son consabidos; las lesiones, los bajones anímicos previos a eventos importantes como el inicio de un torneo, las escaramuzas en choques informales, sin un juez con autoridad, son costos que los clubes y sus equipos han pagado con creces.
Existe el argumento sustentado de la proyección de fuerzas para comparar rendimientos, categorías, velocidades, precisiones, actualidades individuales y el rigor que todo partido posee cuando el rival es un desconocido. Cabe destacar que los conflictos, entendiéndose por pierna fuerte y competitividad, se suceden aún en una misma plantilla, ya que sus miembros pugnan por una titularidad y existe una competencia feroz. También el peligro de lesiones en un entrenamiento puede no ser producto de un choque casual en una jugada, sino en una incorrecta postura o movimiento físico.
La Selección Argentina ha jugado pocos partidos previos al mundial de escaso nivel y existe el temor de no poder armar un equipo para cotejos de mayor exigencia. Todos sabemos la categoría de sus hombres y adivinamos que no les va a temblar las piernas en caso de enfrentarse a los grandes del mundo. Solo nos resta encontrar el armado, el dibujo, que bien puede hacerse frente a los pibes de Batista. Pero también estos espectáculos obedecen a compromisos comerciales, televisivos y además a la presión de un país y sus autoridades, que cada cuatro años se visten con los colores patrios.
Con relación a mi equipo, Barracas Central, la situación es diferente; el próximo campeonato de la B metropolitana nos enfrenta a una nueva categoría con la implicancia de un mayor alistamiento de hombres nuevos. Eso requiere de un ensamble dinámico y táctico que amerita probar frente a propios y extraños el rendimiento de los jugadores y determinar los puestos que mejor les sienta dentro del campo de juego. Sin dudas una necesidad para el técnico a pesar del peligro que esto implica y para el hincha, que desea con impaciencia ver a los nuevos actores, aunque jueguen con pechera, de un campeonato que cada día está mas cerca.

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