miércoles, 21 de julio de 2010

DE GENERACION


Se terminó el mundial y a fuerza de hacer balances caemos en la conclusión que salvo Brasil, Italia y Alemania, que se anotan en casi todas, las revelaciones, trayectorias o títulos obtenidos responden a fenómenos generacionales que se diluyen en el tiempo, más que a apariciones revolucionarias y gratamente sorprendentes perpetuadas en los años subsiguientes.
Esto viene de lejos, ya en el ´30 Uruguay acapara su mundial y algún triunfo en juegos olímpicos. Veinte años y dos copas, ¨Maracanazo¨ incluido, para luego caer en el abismo de la intrascendencia. La Argentina tuvo su cuarto de hora de doce años con dos título y un subcampeonato, junto al resurgir de su ídolo mayor nacido en Fiorito. A partir del ´90 casi nada importante para las estadísticas y nuestro ego, dos copas América, dos olímpicos y una serie de desaprovechados triunfos juveniles.
Francia sorprende en el ´98 y en el 2000 con la Euro y una triste final en el 2006; poco y nada. Holanda tuvo su generación de oro allá por los ´70 con el Ajax y los subcampeonatos de selección en el ´74 y´78, una Euro lograda algunos años después y nada hasta el día de hoy con esta pobre expresión naranja. Luego aparece España con su éxito en Europa allá por el 2008 y la conquista de este mundial. Una generación de hombres que de seguro no ha de tener su correlato en el fútbol de un país, que admiró lo foráneo más de la cuenta y que vive de él para alimentar sus súper profesionales torneos.
También podemos hablar de una generación de Colombianos en los ´90, los peruanos en los ´70 y los ecuatorianos no hace mucho tiempo y que no han conseguidos grandes logros, pero hicieron historia en su terruño.
De generación en generación el fútbol mundial se nutre de etapas históricas logradas por hombres y países, que casi seguro no resucitarán en las próximas décadas.

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