domingo, 25 de julio de 2010
TE FIRMO EL EMPATE
Cuando a los diez segundos de iniciado el encuentro, Montenegro de Defensores de Belgrano no llega a impactar con su cabeza un centro desde la derecha y segundos después, Elías Gómez arquero de Barracas Central manda al corner un cabezazo del tanque Jiménez, busqué inmediatamente una lapicera y una hoja de papel para firmar el empate.
Frente al televisor la cosa se vio diferente, me he sentido mas nervioso que si hubiese estado en la cancha; caminaba el partido por el living de mi casa, saltaba y tiraba patadas al aire. No he podido probar bocado y me desconcentré en el entretiempo solo para ir al baño a orinar. El encuentro me duró una eternidad y con un Barracas ganador, los segundos del relojito de T y C Sport se perpetuaban en la pantalla. Ver a Barracas por tele, en la ¨B¨, en un partido nocturno, frente a un equipo tradicional de la divisional al que jamás en mi vida vi jugar contra nosotros, con todas las radios relatando y los medios pendientes fue demasiado fuerte. Me sentí importante, viviendo un hecho histórico, como hace 41 años cuando fui por primera vez a Olavaria y Luna.
Desde el arranque el rival nos tiro la nueva categoría sobre muestras cabezas, hacíamos agua por todos lados; es como si me hubiera colocado un traje holgado. A partir del cuarto de hora nos volvió el alma al cuerpo, transpiré la gota gorda viendo a mi equipo lidiar en terreno ajeno con un groso de la ¨B¨.
Pero zafamos y no nos fue tan mal por ser el primer partido. Con un arquero transformado en figura a pesar del gol, una defensa pegándole de punta para arriba y sacándola como se podía, la voluntad de Arce en el medio, el primer tiempo de Cáceres Silva y los dos de arriba siendo absorbidos por las marcas, Barracas se estaba llevando un premio más que interesante.
Al equipo lo noté con dinámica, pero corriendo detrás de la pelota y sin poder de marca, de pronto tres de los nuestros no le podían sacar la bola a uno de los de ellos; extrañé a Orfila. El esférico nos duraba en los pies lo que dura un flato; contragolpes veloces terminaban en la nada por exceso de tenencia o defectos en los pases, y si de pases hablamos nos costaba dar dos seguidos. El paraguayo no tenía compadre y Almada Flores estuvo intermitente; extrañé a Salom. Una a favor, forzamos más de diez corners.
Y los debutantes debutaron; bien Fernández por la derecha, Brown y su eterna lesión, Rovira desbordado permanentemente en su sector, el ida y vuelta de Ciavarelli en la primera mitad, Fariña amonestado al toque de haber ingresado, un Greco movedizo, impreciso y poco participativo y Matos amenazante; estos últimos chupados por la marca local y alejados del resto de un equipo largo, que los buscaban permanentemente con pelotazos, muchos de ellos sin destino.
Y así he visto el encuentro, preocupado por las chances que nos generaron y un orden defensivo que por momentos tambaleó, pero esperanzado y con optimismo, pues me he dado cuenta que estamos para competir de igual a igual con cualquiera.
Empezó el torneo y faltan más de cuarenta fechas; cuarenta finales, cuarenta batallas. Cada una representa una lección, un aprendizaje. El sábado 24 dio inicio el ciclo lectivo, tenemos con qué para aprobar nuestra presencia en la ¨B¨ metropolitana. El sábado firmaba un empate y a pesar del gusto agridulce del final por el triunfo que se nos escapó, creo que el punto obtenido es bienvenido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario