domingo, 16 de mayo de 2010
LAS MUJERES SON COSAS DE HOMBRES
Si piensan que en este blog se va hablar exclusivamente de deportes y política, están totalmente equivocados. Como el fútbol, también las mujeres forman parte de la pasión de los hombres argentinos, o por lo menos de casi todos.
Desde que nacimos, nuestras madres nos educaron a depender de ellas y hemos tomado al pie de la letra esta premisa. Los hombres somos súbditos, exclavos y dependientes de los designios de nuestro pene y esto nos ha traídos más que un problema en nuestras vidas. Es sabido que nuestra fantasía es salir con un sinfín de mujeres, tener un harem, ser galanes, existosos, ganadores, facheros y responder en la cama como verdaderos actores porno. Pero la realidad nos muestra que esto es francamente difícil.
Desde el habitáculo de mi auto de alquiler he escuchado por años historias de winners y conquistadores frustrados, que me ha llevado a tratar el tema de las mujeres y la seducción, sacando algunas conclusiones que quiero compartir con ustedes.
Alguien dijo que para conquistar a una mujer debes regalarle humor, dinero y belleza.
Lo cierto es que en la vida de los hombres existen dos tipos de mujeres, la de nuestra vida y la de nuestro cuerpo (mamá o vagina) y que no buscamos precisamente una mujer, sinó un formato de mujer.
El verdadero conquistador debe darles protección, dedicación, estética y solvencia; además, cierto intelecto, buena onda, protagonismo y posicionamiento social (no es mucho…??). De lo contrario seremos clientes de punta de cuanto saunas o privados existan, o eventualmente del uso y abuso, de revistas, computadoras, sexo virtual y/o manual.
Los hombres solemos ser unos hijos de puta en el amor, pero muchas veces nos enamoramos de ellas. En cambio las mujeres solo se enamoran de la pareja, del proyecto, de la circunstancia que rodea al hombre, que se transforma en un partícipe necesario. La seducción para una mujer es un juego y para un hombre es una cuestión de estado. El rechazo nos baja la autoestima y afecta nuestra alma de niño.
Para que una mujer nos de bola debemos ser un reto, un desafío, un misterio; si le decimos que nos gusta o que la amamos, estamos en el horno porque le contamos el final de la película y allí la pedermos. No debemos buscarla, debemos atraerla. Los conquistadores tienen confianza en sí mismo y no les besan el culo. Cuanto más hacés por temor a que se vayan, más posibilidades hay de que te abandonen.
Si actuamos como todos los hombres de forma de ser babosos y persecutas nos mostramos en liquidación, de oferta y todos sabemos que los productos en liquidación abundan y muchos de ellos se encuentra fallados. La mujeres adivinan nuestra desesperación y huelen a la legua nuestras inseguridades.
Aún a riesgo de aparecer como un machista, esta nota pretende tirarle un centro al hombre real, especialmente a aquel que cree que se las sabe toda. En el fútbol como con las mujeres se puede perder, lo que no debemos hacer es que la derrota sea por goleada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que buen relato Rata, me hiciste emocionar! Me vi reflejado en tus palabras. Un abrazo, Fernando
ResponderEliminar