viernes, 28 de mayo de 2010

MUNDO KOPRIVA


Barracas Central salió campeón de la primera ¨C¨ y he agradecido oportunamente por ello, tanto al cuerpo técnico, a los dirigentes como a los jugadores por la hazaña lograda. Pero el ascender de categoría implica un crecimiento de equipo que a veces no va de la mano con la evolución de los hombres que obtuvieron el logro.
La primera ¨B¨nos propone un desafío importante, nuevas técnicas, mayor velocidad, despliegue, mejores y variadas estrategias de juego y un componente humano de mayor jerarquía, que domine la divisional o la supere.
Se acabaron los tiempos de festejar y llega una etapa de reacomodamiento, reclutamiento, de plantear nuevos objetivos (pasar los 50 puntos...!) y eso lleva a una racionalización del elemento humano existente.
Contrato de por medio, debemos elegir a los mejores que podamos contar en cada puesto y eso lleva a una búsqueda mesurada de parte del técnico y los dirigentes de fútbol y la dolorosa tarea de decirle a muchos muchachos que ascendieron con nosotros, que no serán tenidos en cuenta en este período.
Me duele con solo pensarlo, pero no queda otro remedio; da pena por tipos como Orfila, un líder positivo, quien fuera factor importante en la levantada del equipo en la segunda rueda y por algunos otros que aportaron lo suyo.
En contraposición, llegarán otros que se transformarán, Dios quiera, en nuevos ídolos del club. También quedará una base del torneo pasado y la siempre fabulosa disposición del elemento juvenil, que en esta conducción constantemente se ha tenido en cuenta.
Una de las virtudes de la gestión de Chiqui Tapia fue el haber contratado a Juan Carlos Kopriva como técnico del primer equipo. Fue la dedición más acertada en casi todo su mandato. Y está en Kopriva armar el diseño del Barracas Central modelo 2010 para correr en la Metropolitana, junto a la desagradable tarea de dejar a fuera a muchos de sus viejos soldados.
El Mundo Kopriva está girando y en su rotación se va gestando el proyecto, se está edificando el plantel, que tiene a Grecco, Ubiría, Fernández, Ramirez, como los nuevos obreros de esta monumental obra barraqueña.
A aquellos jugadores que nos dejan en esta temporrada solo nos resta agradecerles todo lo que nos dieron. Ellos seguirán siendo campeones en nuestros corazones por siempre y serán habitantes permanentes en la historia viva de Barracas Central.

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