miércoles, 26 de mayo de 2010

UNA FIESTA, DOS ARGENTINAS



A los ojos de mi entendimiento, la fiesta del Bicentenario de la Patria me ha dejado lienzo para zanjar. Dentro de un marco festivo y embanderados con la celeste y blanca, los argentinos, especialmente los porteños, hemos colapsado la 9 de julio y sus vecindades. Doscientos años no son moco de pavo y lo que a priori para muchos caminaba a ser un fracaso total de convocatoria, resultó ser el mayor encuentro jamás visto en la historia de mi país.
Pero dentro de este cuadro orgulloso, triunfalista, jubiloso, habitable y optimista, algunos lunares empañaron el fondo y la superficie de esta fiesta inolvidable.
Si bien el patriotismo familiero, la concordancia vestida, esa cierta perfección artística en el desarrollo del evento y la gallardía de los cuatro días vividos deslumbró a propios y extraños, un tufillo de hipocresía, vanidad, oportunismo y el ocultamiento de la realidad destiño un acontecimiento notable.
El enfrentamiento rico-pobre, peronista-antiperonista, progre-facho, conservador- popular y gobierno-oposición salió a la luz, aunque oculto debajo de una bandera Argentina. El eterno problema de nunca acabar y que nos sigue condenando.
Los faltazos, los Tedeum, las personalidades, los créditos, los invitados, los presidentes, los artistas, las omisiones, los discursos, los seguidores, las temáticas y las caras de yo no fui, como si nada hubiese pasado, aparecían en la pantalla de mi televisor.
Pero la gente salió a la calle, porque la gente tiene ganas de festejar, ya sea un título de fútbol, una fecha patria o una asunción presidencial; la gente quiere salir y ser protagonista. Este es el mensaje que le tira a los gobernantes, ¨ Ustedes se pelean, nosotros no…¨; pero ese encargo no será suficiente.
No nos engañemos, acá hay una sola verdad y es que esta diferencia no tendrá cura hasta que no se reparta bien la guita y para ello necesitamos dos cosas; que el que la racione no se quede con la parte del león y que los que la tienen y a los que se le sacará más, pongan la teca y cierren el pico. Pero todos sabemos que esto no ha de pasar. Y entonces seguiremos viendo los enfrentamientos entre los pudientes y los indigentes, los que dicen representar al peronismo y los que lo quieren rajar, los de izquierda o los socialistas con los capitalistas, los moderados y la plebe, los presidentes y los de enfrente.
Dos argentinas gobiernan a la Argentina y aunque tuvimos una sola fiesta, este fin de semana hemos gozado de dos Bicentenarios.

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