jueves, 20 de mayo de 2010
PROMOCION SIN EMOCION
Llegamos a Mayo y como todos los años, en este quinto mes se juegan las promociones en todas las categorías de nuestro fútbol vernáculo. Es momento de juntar las frutas con las verduras, la cal con la arena, preparar la mezcla, disponer del justo condimento para adobar un evento injusto.
Mal que les pese, todos aceptamos este tipo de definición indigna, odiosa e indebida. De nada sirve despotricar, tirar la bronca a propios y extraños, echarle la culta al ferretero, al presidente de nuestro club o a su delegado en AFA. Todos consentimos el depojo ilegítimo.
La desventaja deportiva que premia al que hizo peor las cosas durante tres años, los árbitros de la categoría superior emparentados con el equipo que pugna por no descender y que siempre se mandan un moco y el definir en el segundo partido en la cancha del de arriba, es el destino asegurado de aquellos que pelean por una quimera. Viviremos con la necesidad de tener que salir como sea a sacar la ventaja de local, descobijando nuestra valla y corriendo una interminable carrera de 180 minutos, donde se llega casi siempre segundo. Mayo es tiempo de milagros que no llegan.
Solo nos queda el consuelo de enfrentar a veces a un groso, ver en nuestra casa a una camiseta poco advertida y desada y enorgullecernos por ello. Recibir a los medios que no nos dieron bola en todo el año, pero que ese día nos dijeron que sí. Eso es promocionar.
La promoción sea cual fuere su reacomodamiento, es uno de los hechos más infames que ha soportado el fútbol de un tiempo a esta parte. Medida descaradamente proteccionista, intenta reacomodar o enmendar el traspié del privilegiado, proteger el status del que dio el mal paso, dar otra chance ante el error de cálculo.
De nada sirve hacer las cosas bien en este mezquino fútbol casero, que nos lleva a enfrentarnos cada mes de Mayo a nuestras propias limitaciones. Peleamos por llegar a la promo y cuando lo hacemos, observamos como ésta fluye de nuestas manos tal como lo hace el agua. El final es anunciado y la falta de emoción garantizada.
Si nos dieran mes y medio para preparar un nuevo y competitivo equipo, tal vez aceptaríamos la ventaja deportiva. De lo contario y en un mundo lógico, la única prerrogativa que deberían poseer los desdichados conjuntos de la escala superior, será la de definir en su casa el segundo partido…. y punto.
Mayo es un mes de promociones y que se hagan rápido que viene el mundial. A pesar de todo, tengo fé que David podrá vencer a Goliat alguna vez en estas ignominiosas definiciones de ascenso.
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